lunes, 16 de febrero de 2015

DIVERSIDAD ÉTNICA, ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE


La presente argumentación pretende analizar las relaciones que el ser humano establece con la naturaleza, tomando como punto de crítica al sistema de producción y dominación  capitalista, su expansionismo y su actuar violento;  que cosifica los recursos naturales y los convierte en mercancía. Se propondrá la necesidad de una ética de las relaciones con el medio ambiente que funcione en cuanto se contraponga a las bases y la estructura de la problemática. Se tratará los siguientes puntos de análisis: 1. contextualización del problema, 2. relaciones actuales de violencia contra la naturaleza y 3. Propuesta de una ética ecologista y condescendiente con la realidad.
Fotografía: Rodrigo Álvarez
1.  1.-    En primera instancia, para comprender el problema de las relaciones violentas que el ser humano ejerce con la naturaleza es indispensable analizar el sistema que empuja dichas relaciones, que estructura modelos de producción y explotación como únicas fuentes de economía. Para lo cual se analizará históricamente la imposición y expansión de dicho sistema:
Es muy común escuchar que la modernidad se estableció en Europa occidental a partir de los procesos de secularización intra europeos, las revoluciones burguesas, la ascensión de un nuevo grupo hegemónico al poder (la burguesía) y la instauración de políticas liberales; sin embargo este trabajo posicionará la idea que esta visión reduccionista y euro centrista de la historia encubre los anteriores procesos violentos que sustentaron las bases económicas que posibilitaron dar vida al capitalismo; me refiero a la conquista y colonia de “América”, proceso en el cual el modelo civilizatorio  occidental se impone sobre las distintas y diversas maneras de ver al mundo y relacionarse con el mismo,  convivían en nuestras tierras.
“La modernidad se originó en las ciudades europeas medievales, libres, centros de enorme creatividad. Pero nació cuando Europa pudo confrontarse con  “el otro”  y controlarlo, vencerlo, violentarlo; cuando pudo definirse como un “ego” descubridor, conquistador, colonizador de la alteridad constitutiva de la misma modernidad. De manera que 1492 será el momento del nacimiento de la modernidad como concepto correcto, el origen de un “mito” de violencia sacrificial muy particular y, al mismo tiempo, un proceso de “en-cubrimiento” de lo no-europeo” (Dussel, 1994)
La intención de hacer esta breve referencia histórica es constatar que las estructuras que rigen la vida y las relaciones en la actualidad son producto de imposición y violencia, y a su vez reivindicar que en “América” existían y existen diversas cosmovisiones, culturas, formas de economía; todo en armonía con la naturaleza, lo cual ha sido in visibilizado por el modelo civilizatorio y económico dominante.
“Hasta el siglo xv, América estuvo habitada por pueblos indígenas que habían desarrollado culturas diversas. Algunos tenían grandes avances, sobretodo en agricultura y astronomía; otros se mantenían en estadios primitivos, dedicados a la caza y recolección; pero todos tuvieron desde entonces que enfrentar a los invasores blancos. Estos llamaron al continente de varias maneras hasta que se impuso el nombre “América”, por Américo Vespucio, quien dibujó uno de los primeros mapas. Los indígenas daban a sus tierras diversos nombres y tampoco tenían idea de que todo fuera una unidad del norte al extremo sur. Los indios Cuna que habitaban y aún habitan la “tierra firme” que hoy es Panamá y parte de Colombia, la conocían como Abya Yala, que significa “Tierra en plena madurez”. Sin duda un nombre hermoso” (Ayala, 2004)
Haciendo referencia a las dos últimas líneas de la cita, podemos tener un acercamiento del por qué las relaciones con la naturaleza son violentas hoy en día. El nombre mismo que se otorgó arbitrariamente a  nuestras tierras representa al poder dominante, sobre la diversidad que convivía en armonía, la cual formaba parte integral de la misma.
Es decir la violencia con el medio ambiente que es evidente e innegable en la actualidad es producto de un modelo, un sistema violento, que fue impuesto violentamente; por ende la única manera posible de reformar nuestras relaciones con el entorno natural, con los seres humanos, con la vida misma; es destruir y reconstruir las estructuras sociales.
2.   2.-   Es importante saber que nuestras tierras y nuestra gente fueron libres de occidente de manera física, sin embargo diferentes factores (entre ellos que las revoluciones se hayan efectuado por grupos criollos) determinaron que ideológicamente el dominio prevalezca, que se nos dificulte superar la colonialidad. “La colonialidad continúa operando en tres niveles claves: la colonialidad del poder, para el control de la economía, la política, la cultura, la naturaleza y la vida; la colonialidad del saber, que opera a nivel epistémico, filosófico, científico, para la subalternación de las lenguas y los conocimientos; y la colonialidad del ser, para el dominio de la sexualidad, de las subjetividades, las sensibilidades, los imaginarios y los cuerpos.” (Guerrero, 2010)
Por ende, y como consecuencia , los factores que determinan nuestra subsistencia, nuestras relaciones, nuestra economía, nuestra interacción con otros seres humanos y el entorno, entre otros; están íntimamente ligados al modelo de desarrollo occidental, el cual se sostiene gracias a un pensamiento ideológico bien estructurado que defiende e in visibiliza sus devastadores actos, en son del progreso.
El problema radica en que el capitalismo ofrece  un modelo de progreso que se sustenta en el individualismo, en el egoísmo; es decir, progresar para un grupo significa el retroceso de otro, significa ser insensible frente a la diversidad, a las mayorías y a las minorías, a la naturaleza, y esta última precisamente es la víctima más vulnerable de la brutalidad e inconsciencia colectiva, siendo objeto de mercado, cosificada, vendida ya sea como materia prima o como objeto de exhibición, y víctima además de la contaminación que dejan innumerables prácticas humanas.
Entonces el ser humano ejerce su relación con la naturaleza de la misma forma que el sistema ejerce sobre él; es decir, de manera violenta y egoísta, con intereses económicos monetarios sobre todas las cosas.
Por ser más concreto haré ciertas referencias que sirvan para clarificar mi teoría; nuestras tierras, las cuales fueron divididas arbitrariamente han sido organizadas políticamente bajo el mismo modelo que lo hace la cultura hegemónica, es  decir, en estados-naciones, los cuales dividen y centralizan los poderes que mandan sobre las mayorías y las minorías, sin embargo estos estados se encuentran con políticas y mercados internacionales, gracias al escenario de la globalización, y se ven obligados (por mantener el modelo económico del capital) a estructurar sus políticas en base a intereses ajenos.
Razón por la cual nuestras tierras, nuestros mares, nuestros ríos, nuestro cielo, nuestra sagrada agua, entre otros,  han sido víctimas de la desmesurada ambición capitalista.
Por décadas, la gran mayoría de países latinoamericanos estuvieron en manos de gobiernos neo liberales, los cuales vendieron, por no decir regalaron, nuestras tierras y sus recursos  al interés de las grandes empresas transnacionales, teniendo como consecuencia un incalculable impacto ambiental, en sectores de riqueza biodiversa, desestructuración cultural de quienes habitaban zonas de extracción, daños a la salud de las personas y animales, entre otros.
Se puede decir que la realidad política de nuestras tierras ha evolucionado de cierta manera, por el hecho del protagonismo de gobiernos que se autodefinen como “progresistas”; sin embargo, al menos en el caso ecuatoriano se sigue operando bajo la misma lógica del capital, lo cual determina necesariamente relaciones de poder jerárquicas y  abusivas.  
El gobierno ecuatoriano, bajo la justificación del progreso económico, y pese a autodefinir su tendencia política como socialista del siglo veinte y uno; ha decido explotar la actividad petrolera en el Yasuní, zona de riqueza biodiversa y étnica, reproduciendo así el modelo económico dominante, contradiciendo así sus alardes socialistas.
Si bien es cierto que la realidad socioeconómica del país se encuentra en necesidad, estamos hablando de un lugar único en el mundo, repleto no sólo de riqueza natural sino de riqueza espiritual, de saberes, de cosmovisiones.
Pese al esfuerzo de los grupos que lucharon por el derecho ciudadano de acceso a una consulta popular, el gobierno de manera autoritaria rechazó esa posibilidad, y a través de una campaña política y mediática se  encargó de deslegitimar al colectivo; razón por la cual, con la siguiente cita, pretendo reivindicar la esencia del mismo: “No somos politiqueros, somos sociedad civil organizad. (…) partimos de una realidad de devastación ambiental y cambio climático, producto de una ideología que ha puesto sus esfuerzos y expectativas en las promesas de una sociedad capitalista y antropocéntrica donde la vida no es más que una mercancía” (Yasunidos, 2014)
Si en pro de un discurso socialista se le niega a la sociedad civil el derecho a una consulta popular, es lamentable acercarse a la realidad de la tierra, los pueblos y las vidas que están siendo explotadas en este mismo momento.
3.   3.-   Si bien es cierto que discrepo teóricamente con las propuestas éticas que se han expuesto a lo largo de la historia, por sus contradicciones prácticas, por ejemplo la teoría ética de Aristóteles, ¿cómo se puede atribuir tan sólo la palabra “ética” a alguien que justificaba la esclavitud como recurso necesario para el bien común? O hablando de algo más contemporáneo, la ética cristiana que hace apología de alteridad, sin embargo en la práctica es unificadora y excluyente con la diferencia y la diversidad; a pesar de estas discrepancias y desconfianzas teórico-prácticas, hay un principio con el cual me siento profundamente identificado, y fue precisamente tratado en clase, y es el respeto a la vida. Bajo esta identificación parten mis propuestas éticas, en beneficio del medio ambiente, las cuales puntualizaré a continuación.
Lo único universal debe ser el respeto a la vida.
La ética debe funcionar ligada íntimamente con este principio.
La ética debe oponerse todo sistema que promulgue explotación.
La ética debe fomentar conciencia social.
La ética debe ser condescendiente y apegada a la realidad.
Como conclusión reafirmo mi postura frente a las relaciones violentas del ser humano con a la naturaleza, alineando la problemática con las prácticas de una cultura violenta, que fueron impuestas violentamente, y que violentan la vida. La realidad natural actual es víctima de los procesos históricos que han establecido un modelo único de economía; frente a esta problemática es deber de quienes tenemos conciencia fomentar posturas éticas que permitan cambiar las relaciones humanas.


Bibliografía:
Ayala, E. (2004). Un país pluriétnico y pluricultural . Quito: Corporación editora nacional.
Dussel, E. (1994). El encubrimiento del otro. La paz: Facultad de humanidades y ciencias de la educación.
Guerrero, P. (2010). La interculturalidad sólo será posible desde la insurgencia de la tenrnura. Quito: Abya Yala.

Yasunidos. (2014). Yasunidos, unidos por la vida. Recuperado el 2015, de Yasunidos, unidos por la vida: http://sitio.yasunidos.org/es/

No hay comentarios: